Para ser feliz hay que compartir

Quien no ha escuchado a un enano de tres años cantando …»para ser feliz hay que compartir»…, pues bien podríamos decir que esa es la traducción al lenguage de los adultos de la economía de la colaboración.

Nos encontramos frente a un curioso concepto que, de alguna manera, se contrapone al actual modelo económico que nos rige, el capitalismo, y que poco a poco va ganando adeptos.  El capitalismo, no entiende que un producto pueda ser utilizado por más de un individuo.  Vive en el bucle de usar y tirar.  Primero usar, luego tirar.  Sin embargo, empieza a imponerse una nueva teoría que se basa en la esencia más profunda de las personas y que, como decía, aprendemos desde pequeñitos: compartir.

Este modelo de economía de compartir, de la colaboración o consumo colaborativo, se pone en marcha por convencimiento por parte de unos, para evitar generar más deshechos, o por necesidad por parte de otros.  Sus efectos en la economia global empiezan a dejarse notar, no solo en cantidades de dinero sino en que cada día empiezan a aparecer más compañías dedicadas a este negocio, siendo tan rentables que algunas llegan a salir a bolsa como ha sucedido con alguna americana.

No es un concepto nuevo, sin embargo la novedad se basa en que el ámbito de actuación pone su límite allí donde no llega la Red.  El espacio para compartir es el planeta, al fin y al cabo, internet nació con el fin de compartir.

La mejora en el conocimiento de la red, y el establecimiento de sus propias reglas, algunas no escritas, junto con el desarrollo de la tecnología, ha permitido que se consolide una de las demandas de la red, que haga seguridad entre los usuarios.  Las verificaciones de seguridad no permiten errores.  Estamos hablando de un espacio interconectado donde cualquiera puede relatar su experiencia, con una audiencia potencial de 2.000 millones de personas.

Oportunidades hay miles, con solo mirar en la red encontraréis opciones para compartir: taxis (Taxi2), casas, coches hasta otras más imaginativas como la lavadora (La Machine du Voisin) o comidas (SuperMarmite), trajes de gala, ropa de diseñadores de lujo (Rent the Runway).

Como dice Cañigueral, editor del blog Consumocolaborativo.com: Las cosas son solo cosas. No te apegues demasiado a ellas.

2 comentarios en “Para ser feliz hay que compartir

  1. Hola Mónica, yo estudio Ade en la Complutense y creo que tienes toda la razón.

    Todo esta en contínuo cambio y quedarse clavado en este mundo y perdérselo.

    • muchas gracias por tu comentario. desde luego quedarse clavado no es una opción y más ahora que estás analizando y estudiando la economía, los mercados,..en definitiva cómo evoluciona el mundo

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